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Por Mariano Obarrio
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En medio de su peor crisis interna desde que se había alejado del poder, la mesa nacional de Cambiemos, encabezada por el ex presidente Mauricio Macri, y las máximas autoridades de los partidos socios, resolvió dos problemas en un movimiento: congregó a sus máximos dirigentes y los unificó en un solo objetivo, reclamarle al presidente Alberto Fernández una reunión para conformar una “mesa de diálogo” dirigida a salir de la crisis económica que provoca la cuarentena por el Covid 19.
La pandemia de coronavirus fue el centro de una reunión virtual por teleconferencia de dos horas entre los principales líderes de cambiemistas, algunos que se habían tomado unas largas vacaciones, como Macri y María Eugenia Vidal, que de este modo volvieron al ruedo.
Además de un segundo pedido de reunión a Alberto Fernández -había habido otro hace dos semanas-, Cambiemos reclamó que funcione la división de poderes y el Congreso, que quedó paralizado por la cuarentena. Y exigió que no se deteriore el tejido productivo y se contemple la situación de los profesionales, los trabajadores, los autónomos, los monotrtibutistas, comercios y Pymes.
“Nosotros tenemos mucha preocupación por lo sanitario, pero también por las consecuencias económicas, se está derrumbando el tejido productivo durante la cuarentena y tenemos que pensar en el día después”, dijo a La Nueva República un allegado al ex presidente Macri. Para eso quieren un encuentro con Alberto Fernández, para consensuar “políticas en conjunto”.
En lo económico, alarman la profunda parálisis económica por la pandemia, el pago de los salarios, la cadena de pagos, la devaluación del peso y la acelerada remarcación de precios con inflación. “El foco está puesto en lo sanitario y perdemos ese problema de vista”, dicen en el macrismo puro.
En los últimos días había crecido un rumor de enfrentamiento en Cambiemos, entre “halcones y palomas” en el relacionamiento con la Casa Rosada. Los líderes que tienen gestión como el jefe del gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y los tres gobernadores radicales, se mostraron más proclives a congeniar con el Presidente y se los vio en sucesivas reuniones en la Casa Rosada y en Olivos.
Mientras tanto, los bloques de Cambiemos en el Congreso se enfrentaron con Alberto Fernández desde que éste calificó de “miserables” a los empresarios que “les llegó la hora de ganar menos” y respaldó a Hugo Moyano. Incluso, la bancada de diputados exigió una rebaja de todos los sueldos de funcionarios del 30% en los tres poderes. Ese pedido, que fue desoído por el Presidente, dejó a su vez una división interna entre el PRO, la UCR y la Coalición Cívica. No todos pensaban de manera uniforme.
La voz más disidente fue la de la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, que reclamó medidas para todos los sectores de la economía e incluso condenó al Presidente por haber atacado al periodista Jonatan Viale por sus opiniones durante un editorial en A24.
En ese contexto, Macri respaldó las posturas más confrontativas con Alberto Fernández, porque en el marco de la crisis no cree conveniente quedar como aliado del Gobierno, aunque sí en una actitud de diálogo permanente. Con esta postura, quedó algo más distanciado de Rodríguez Larreta y los gobernadores radicales Gerardo Morales (Jujuy), Rodolfo Suarez (Mendoza) y Gustavo Valdes (Corrientes), que tienen un permanente diálogo con el Gobierno y acuerdan todas las políticas sanitarias, aunque no son convocados por Olivos para las salidas económicas.
Del encuentro de ayer, de dos horas y media, participaron Macri, Bullrich, Larreta, Valdes, María Eugenia Vidal, Miguel Pichetto, y los legisladores Luis Naidenoff, Maxi Ferraro, Humberto Schiavoni, Alfredo Cornejo, Cristian Ritondo, Mario Negri y Maricel Etchecoin. Fue la primera actividad política que tuvo Macri desde que dejó la Presidencia el 10 de diciembre último.
“La coalición reitera el pedido de audiencia al Presidente y le propone crear una mesa de diálogo con Juntos por el Cambio, como principal fuerza opositora, y los sectores del mundo del trabajo y productivo para acercar las propuestas que ya hemos presentado en el Congreso con el fin de aliviar la situación de estos sectores”, dijo un comunicado posterior.
“Hubo posiciones más duras y posiciones más moderadas”, señalaron en la coalición opositora para remarcar la postura entre los que tienen funciones de gobierno en sus distritos y los líderes partidarios y quienes tienen funciones legislativas, por definición más combativos.
La reunión sirvió para consagrar una diferencia de concepto entre el Gobierno y el principal partido opositor: Alberto Fernández sostiene que la salud está primero que la economía y Cambiemos quiere equiparar importancia de la salud con la economía en un pie de igualdad.
Por eso advirtieron sobre “el deterioro del tejido productivo”. Vidal propuso crear una mesa de diálogo y fue respaldada. “De la reunión surgieron tres ideas principales:
*La primera es reafirmar la responsabilidad de Juntos por el Cambio como coalición opositora y reiterar en consecuencia el pedido de reunión al Presidente de la Nación.
*La segunda es reclamar por el cuidado de la República y el funcionamiento pleno de sus tres poderes, con especial relevancia el respeto al Congreso e incluyendo al federalismo: financiamiento a las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y las intendencias.
*Y la tercera es advertir por el deterioro del tejido productivo del país y de las vidas de millones de profesionales, trabajadores, autónomos, monotributistas, comerciantes y pequeñas empresas”, encabeza el documento.
En la reunión Macri se mostró más combativo. El ex presidente, Bullrich y Pichetto representan una línea más dura con las medidas sanitarias, sociales y económicas del Gobierno. En cambio, Rodríguez Larreta, Vidal y los intendentes del Gran Buenos Aires, están en sintonía con el Presidente, al igual que Ritondo, de buena relación con Larreta y Massa.