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Por Mariano Obarrio
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En el más extremo hermetismo, el gobierno de Alberto Fernández discute hacia adentro una nueva definición de “caso” sospechoso para testear la circulación del Covid-19. La secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, se reunió el martes último con doce infectólogos de manera virtual, por zoom, y allí quedó expuesta una división entre los especialistas sobre la manera de testear para ampliar las pruebas de coronavirus y poder aislar más rápidamente a los contagiados positivos.
La nueva definición de caso sospechoso aún no está del todo acordada, pero está en análisis en el ministerio. Por ahora, se estudia la posibilidad de agregar la pérdida de olfato y del gusto como síntoma para definir un caso. Y también se bajaría la fiebre de 37,8° a 37,5° como requisito para testear. Esto busca ampliar los candidatos al testeo y de ese modo poder monitorear más casos. En la actualidad se terminan unos 1300 test por día.
Es muy poco en comparación con otros países como Chile o Brasil. Ese fue precisamente el contrapunto entre el presidente Alberto Fernández y el gobierno chileno de Sebastián Piñera. El Presidente argentino había dicho que teníamos una cantidad de contagios inferior a la de Chile y Brasil y el gobierno trasandino contestó que Chile testea para Covid 19 mucho más que la Argentina, alrededor de 6000 casos por día.
En la Argentina se hicieron hasta ese día 20.000 testeos PCR, de los cuales 2277 dieron positivo, 11,38%, lo cual marca una tasa de positividad muy baja, pero dentro de los parámetros de la OMS, que recomienda que los positivos deben estar entre 10 y 15% de los test. Pero ese día se informaron 1300 test terminados, lo cual también es un índice muy bajo de testeos.
En la Argentina sólo se les hacen test con la modalidad PCR a las personas que tienen fiebre con 37,8°, más alguno de estos síntomas: tos, dolor de garganta, fatiga o dificultades respiratorias. Esto restringe mucho la muestra de candidatos al test. Es por eso que el infectólogo Eduardo López, jefe de Departamento del Hospital de Niños, planteó que había que eliminar la fiebre como requisito excluyente y ponerla como uno mas de tantos. Dicen que esta postura fue aprobada por tres expertos más.
De ese modo, se podría testear sólo al que tiene tos, dolor de garganta, dificultades respiratoria o también incluso fiebre, pero la fiebre no tendría que ser un requisito excluyente u obligatorio. Eso ampliaría el universo porque ya no se les harían pruebas sólo a los que levantan temperatura y tienen otro de los síntomas. También propuso que se agregara como síntoma para testear la pérdida del olfato y del gusto. Con esto, también se extendería aún más el universo de testeo. Es decir, se aumentarían los test.
Todos estuvieron de acuerdo, en principio, con agregar la pérdida de olfato y del gusto al menú de síntomas opcionales para testear. Pero la mayoría, ocho de ellos, además de Vizzotti, no estuvieron de acuerdo con eliminar la fiebre como síntoma excluyente, porque eso podría terminar en ampliar demasiado los testeos y la consecuencia sería desperdiciar kits en personas que no tendrían chance de ser positivos.
Esta última es la postura que sostiene el infectólogo Pedro Cahn, de la Fundación Huesped, de estrecha relación con el ministro de Salud, Ginés González García. Pero sí se aceptó, en un principio, en bajar el requisito de la fiebre de 37,8 a 37,5° para ampliar el espectro de muestreo. De todos modos, todavía no hubo una nueva definición de “caso”.
La postura de Cahn es que la cantidad de testeos está bien, porque el índice de 11/12% de positividad indica que si se testeara más podría haber más negatividad y eso indicaría que se estarían desperdiciando insumos críticos. En cambio si hubiera más de 20% de positivos, se estaría indicando que hay muchos positivos en circulación que no se están detectando, por lo cual haría que incrementar la cantidad de testeos.
Una manera de aumentar los test sería aplicar los test rápidos que en unos días llegarán de una donación del gobierno de China. Serán unos 200 mil determinaciones y se aplicarán a una población asintomática, es decir sin ninguno de los síntomas mencionados. Pero deberían cumplir el requisito de estar expuestos al virus: el personal de salud, del transporte y de los aeropuertos. De ese modo se podrían detectar contagios de personas que no tienen síntomas pero son portadoras del virus y aislarlos.
Algunas posturas sostienen que también habría que testear al azar a personas asintomáticas en lugares de circulación comunitaria para detectar contagios asintomáticos y aislarlos también. Todo eso está por definirse en el Ministerio de Salud en los próximos días.
También los infectólogos definieron con Vizzotti que se reservarán los barbijos quirurgicos sólo al personal de la salud y a las personas infectadas con el Covid 19. Vizzotti dijo que los barbijos quirúrgicos (de tres capas) y los N-95 son un insumo crítico y por lo tanto hay que limitar su uso. Sin embargo, por ahora no se conoció ninguna resolución administrativa que ordene a los proveedores de esos insumos a reservarlos al personal de salud. Por lo tanto, los barbijos para las personas de a pie sólo serán los que se realizan sin las máximas condiciones de seguridad.