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Por Analia Forti*
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Portar información sobre situaciones extremas que involucran la posibilidad o la certeza de la muerte y estar a cargo de comunicar esas malas noticias a los allegados de las víctimas o presuntas víctimas, es una tarea que requiere prudencia como actitud, además de formación y entrenamiento adecuado para hacerlo de manera responsable. Las malas noticias, son lo que son y no deben ser maquilladas para comunicarlas, puesto que no posible cambiar la realidad y por tal no es aconsejable tampoco distorsionarla.
Comunicar de un buen modo las malas noticias no consiste en orientarse a evitar el dolor sino a comunicarlas de un modo que se minimice el impacto psicológico, facilitando así que la noticia pueda ser asimilada con el mayor equilibrio emocional posible. Cuando una mala noticia es comunicada de una buena manera, se evita aumentar el dolor de los afectados.
Algunas sugerencias para hacerlo: . El mensaje que se comunica debe ser preciso, claro y comunicado con respeto por el dolor que sabemos ocasionará en el afectado. Quien comunica debe transmitir seguridad y su actitud debe ser íntima, empática y cercana. Debe comunicarse la verdad (siempre, aunque no sea en su totalidad). No se deben dar falsas esperanzas. No deben utilizarse palabras violentas.
Quien comunica no debe perder la calma. Todas las preguntas que hagan los afectados deben ser respondidas con honestidad y sencillez, con interés, seguridad, comprensión y paciencia sin apuro por terminar y retirarse. Para comunicar malas noticias se debe estar entrenado y no debe realizarse la comunicación de manera improvisada.
*Consultora Psicológica – Op en Psicóloga Social – Orientadora Familiar Especializada en Violencia Familiar, de Género y Social. Escritora / Conferencista